Desde su experiencia dirigiendo el área de producción de contenidos de e-ABC, este experto en SCORM nos habla sobre la importancia de conocer el medio de distribución de los contenidos para lograr un curso de calidad.
Cuando recorremos un curso de e-Learning el primer atributo que asociamos con calidad es su aspecto visual. Armonía de colores, gráficos llamativos, bellas ilustraciones, animaciones entretenidas, son algunos de los elementos que atraen nuestra atención y en base a los cuales formamos nuestra primera opinión.
Todos los componentes de un curso deben estar pensados en función del alumno y de facilitarle un aprendizaje de calidad.
Avanzando en el recorrido podemos evaluar el diseño didáctico: si el curso nos despierta interés, si nos atrapa, los tipos de recursos e interactividad que presenta y si plantea actividades interesantes y desafiantes.
No todo. Para que las cualidades anteriores se luzcan y el curso resulte en una implementación exitosa, es necesario tener en cuenta las características del medio de distribución que existe entre el origen y los diversos destinatarios (Internet, Intranet, redes inalámbricas, dispositivos móviles).
Debemos conocer la red de comunicaciones que intermedia entre el servidor que suministra los contenidos y los dispositivos que los reproducen. La relación entre las características de la red y las del contenido (peso total, peso por página, métodos de optimización) nos indicará si podemos estar confiados de que los cursantes tendrán una buena experiencia de aprendizaje.
Para graficar esta situación podemos pensar en cuando llenamos un vaso con agua. Por un lado tenemos la fuente que provee el agua, por otro lado el vaso que queremos llenar y, en el medio, la red de cañerías que transporta el agua de un lado a otro.
¿Cuánto tardamos en llenar un vaso? ¿Podemos empezar a tomar agua mientras se sigue llenando? Es decir, ¿cuánto debemos esperar para empezar a ver el curso? ¿Cuánto tarda en cargar una página? ¿Y al pasar de una página a la siguiente? ¿Y qué ocurre si se tapa un caño o si varias personas quieren llenar un vaso al mismo tiempo?
Para anticiparnos a estos problemas sugerimos hacernos preguntas de este tipo:
No todavía. Otro aspecto invisible de la calidad de los contenidos es su comunicación con la plataforma e-Learning. El estándar globalmente adoptado para establecer esta comunicación es la norma SCORM. Una incorrecta implementación de la norma puede hacer que un curso, por muy bonito que sea, no cumpla con uno de sus objetivos, el de registrar y llevar un seguimiento de la actividad de los cursantes.
El factor diferenciador para lograr una correcta implementación SCORM es conocer en profundidad las propiedades y restricciones de la norma y tener la capacidad de poder adaptarlo en los casos en que algunos de los componentes (plataforma o curso) no se comporte de la forma esperada.
La calidad de un contenido no está sólo en lo que vemos (aspectos visual y didáctico), sino también en los aspectos tecnológicos que nos permiten apreciarlo. Todos los componentes de un curso deben estar pensados en función del alumno y de facilitarle un aprendizaje de calidad.

Descargue el Informe Especial Contenidos para e-Learning en formato PDF aquí.
Conozca más sobre cada uno de nuestros sponsors ingresando aquí