Por medio de este libro los autores quieren establecer un “concepto de lo que se entiende por conocimiento, es decir: qué es lo que saben las organizaciones, qué es lo que conocen las personas que dan su tiempo a dichas organizaciones”; así como repasar tanto las teorías sobre capital intelectual, como los factores que intervienen en la creación del mismo.
Compartiendo conocimiento en las organizaciones
Tal como manifiestan en la introducción, “la gestión del conocimiento, en definitiva, va a permitir a las organizaciones saber qué saben y aplicar dichos conocimientos a la mejora de su funcionamiento interno y sus relaciones con el exterior”. Gallego y Ongallo pretenden generar la actitud de compartir el conocimiento, y hacer que las organizaciones sean “auténticamente humanas”.
Esta obra consta de ocho capítulos, de los cuales los primeros cuatro están dedicados a reflexionar sobre el concepto de conocimiento, el aprendizaje como vehículo de captación de conocimiento, el proceso de comunicación, la gestión de la información, las ventajas de la incorporación de las TIC´s.
A través de los subsiguientes capítulos -del 5 al 8-, los autores sumergen al lector en la gestión del conocimiento propiamente dicha, asociando los conceptos de capital intelectual, gestión de intangibles, y remarcando la relevancia de la acción humana en tales procesos; describiendo así las tareas y el perfil del Gestor del Conocimiento –“pieza que articula los procesos de aprendizaje y transmisión de información” en las organizaciones-, como explicando la estrecha relación que existe entre la implementación de la gestión del conocimiento con los estilos de liderazgo.
Cabe destacar la dedicación de un capítulo completo a la gestión y medición de intangibles en el tercer sector –escrito por Óscar Rodríguez Ruiz-, y de la adaptación del modelo Intellectus (modelo de capital intelectual elaborado en el Instituto de Administración de Empresas de la Universidad Autónoma de Madrid), a organizaciones sin fines de lucro.
Particularmente interesante es el último apartado, escrito por Raúl de Tena Rubio, en el que analiza detalladamente los pasos y acciones a seguir, a fin de implantar correctamente un sistema de gestión del conocimiento, “haciendo énfasis en el tratamiento humanista que se le debe dar al enfoque”. También destaca la importancia de “establecer medidas para atraer, identifcar, desarrollar y retener a personas de talento, a motivarlas y alinearlas con las estrategias, la misión y los valores de tal forma que se desarrolle una cultura organizativa adecuada”.
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