Las nuevas tecnologías asumen cada día más importancia en la educación; esta nueva forma de enseñar implica cambios en la formación del docente y en la manera de enfrentar las clases. En esta entrevista para LEARNING REVIEW la Doctora Ana Elena Schalk habla sobre el cambio de paradigma, la formación continua y las herramientas 2.0.
¿Qué cambios se dieron en el paradigma de la educación en los últimos 20 años?
Existen diversas dimensiones de análisis que permiten responder de una manera más integral esta pregunta. La dimensión relacionada con la producción, vigencia y actualización permanente del conocimiento (propio de la Sociedad del Conocimiento), la dimensión relacionada con el impacto de las Tecnologías en el proceso de enseñar y aprender (propio de la Sociedad de la Información) y la dimensión relacionada con los cambios que se han hecho manifiestos en aquellos que aprenden y por ende, necesariamente en aquellos que enseñan.
Lo primero que vale la pena señalar es que, si bien, diversos autores establecen un orden consecutivo entre la Sociedad Industrial/la Sociedad de la Información/la Sociedad del Conocimiento/ la Sociedad del Aprendizaje, a mi juicio, tal y como lo argumentaba en mi trabajo doctoral realizado en el año 2009, más que dar paso de una sociedad a la otra, estamos conviviendo y coexistiendo entre estas sociedades.
Otro aspecto relevante de destacar es que, para hablar de “cambio de paradigma” se hace inferencia a hechos que ocurren en la realidad, y en escenarios muy diversos, es difícil generalizar de una manera tan amplia ya que las diferencias que existen, no sólo entre países, sino al interior de cada uno de ellos, no nos permiten hablar con propiedad de una generalización.
Sin embargo, haciéndonos cargo del ritmo de cambio de la educación, podemos decir que: en primer lugar, la irrupción de la tecnología en la institucionalidad educativa (no sólo en el aula) ha modificado de forma importante nuestro quehacer desde la forma como gestionamos hasta la forma como enseñamos.
Las tecnologías, primero disponibles para el profesor, luego para los estudiantes, y ahora cada vez más móviles, se hacen presentes en las aulas. Con ello los profesores se ven enfrentados al desafío de integrarlas como herramienta del proceso de enseñanza. Debido a esto, el acceso a la información cambia de foco de atención pues después de estos 20 años, el desafío es valorar y validar las fuentes de información y su contenido, más que acceder a ellas. Claro, esto es escenarios donde las instituciones han superado la barrera de la infraestructura y el acceso. Por otra parte, si bien, hace varios siglos, se hablaba de que el profesor debía ser un facilitador, en este momento, este rol se vuelve cada vez más necesario y no sólo por la disponibilidad de la información sino porque los estudiantes que tenemos en las salas de clase (no importa el nivel educacional al que nos refiramos) cada vez más, son aprendices que tienen un perfil muy distinto al que teníamos hace 20 años. Y estas características (reconocidas por la OECD en 2006 como The New Millenium Learner) hacen que ellos tengan demandas y requerimientos de aprendizaje significativamente distintos a los que hasta ahora el sistema educativo ha podido responder.
Los avances en esta línea reflejan que, un número cada vez más significativo de profesores, estudiantes y tomadores de decisiones, no sólo institucionales sino incluso políticas, están considerando, desarrollando y trabajando, para lograr la integración de la tecnología, más allá de considerarla como una herramienta instrumental de enseñanza, (tal y como lo sería la pizarra), sino desde una nueva mirada, una nueva concepción y una amplia comprensión de esto que definimos como la educación en el siglo XXI, donde la dimensión humana es la parte central, pero que se encuentra enfrentada a nuevos escenarios, distintos desafíos, distintas necesidades y cómo pueden incorporarse en el contexto y realidad donde se desempeñan y viven. Por tanto se requieren nuevos modelos pedagógicos que requieren re-creaciones conceptuales, de planificación-organización-gestión, de metodologías y de evaluación.
Finalmente un elemento significativo de cambio en estos últimos 20 años es el lugar preponderante que ocupa la educación como base del desarrollo de las naciones, no sólo en lo referido a su capital social y cultural, sino incluso ya demostrado científicamente, a su capital económico.
¿Por qué cree que es tan importante hoy en día contar con máster y doctorados?
La posibilidad de acceder a un máster, hace que las personas puedan especializarse y profundizar en temáticas de su interés contando ya con una base de formación profesional.
La especialización permite mayor dominio de los temas y por tanto una mejor comprensión, lo que facilita la toma de decisiones y acciones que respondan de mejor manera a las problemáticas o desafíos que se enfrentan. Yo creo que es precisamente allí donde radica su importancia.
“La responsabilidad de los educadores es comprender y traducir los conceptos e ideas presentadas en una experiencia de aprendizaje virtual y aplicarla de manera ordenada para fomentar la actividad, interacción y reconstrucción de acuerdo a los objetivos educativos planteados”
Sin embargo, los doctorados tienen su foco en la generación de nuevos conocimientos basados en procesos de investigación con mayor rigor y profundidad. No todas las personas requieren generar nuevos conocimientos para desempeñarse con alto nivel de calidad en su trabajo profesional. Las personas que elijen hacer un doctorado tienen la posibilidad de participar de procesos de producción de conocimiento cada vez más interdisciplinario e internacional. Las nuevas formas de producción científica basadas en la utilización de la tecnología, favorecen que investigadores de distintos puntos del planeta puedan trabajar sincrónica y asincrónicamente en una investigación común y abordarla desde distintos vértices ampliando significativamente su alcance. Y esto sí que es un cambio relevante de paradigma.
¿Por qué cree que cada vez más gente elige el e-learning para su formación?
Porque esta modalidad de formación responde cada vez de forma más pertinente a las necesidades de las personas del siglo XXI siendo una propuesta que involucra un gran cambio en la forma de acceder, construir y reconstruir el conocimiento y la información. Este enorme cambio no puede abordarse sino desde la complejidad, que implica mucho más que recetas simples de diseño y desarrollo de una experiencia de aprendizaje. La mayoría de las experiencias educativas contienen variables y variaciones de las mismas, inherentes a la profundidad de la construcción de significado que hacen las personas. Esta complejidad en un contexto distinto de comunicación, como lo es el e-learning, hacen que la “comunidad de indagación” no sea una solución simplista. La responsabilidad de los educadores es comprender y traducir los conceptos e ideas presentadas en una experiencia de aprendizaje virtual y aplicarla de manera ordenada para fomentar la actividad, interacción y reconstrucción de acuerdo a los objetivos educativos planteados.
¿Qué papel juegan las herramientas 2.0 en la educación hoy?
Cada vez es más relevante utilizar las herramientas 2.0 en las experiencias de formación. Sin embargo esto requiere de un diseño pedagógico de su uso. Incorporarlas en sí mismas no es un aporte valioso para el proceso de aprender. Quienes “piensan, diseñan y ejecutan” la formación, deben explicitar los objetivos pedagógicos hacia los que se dirige una actividad que contempla herramientas de este tipo. Otro aspecto muy importante es considerar si las personas a quienes está orientada la formación realmente saben utilizar estas herramientas, pues de otra forma más que aportar valor al proceso, lo que hace es debilitarlo.
¿Qué cambios deben implementarse en la formación de los docentes ante el avance de las herramientas 2.0?
Esta es una pregunta muy interesante de reflexionar y no tiene una respuesta única. Pero si tuviéramos que elegir hacia dónde focalizar el esfuerzo, lo primero que hay que re-significar con los profesores en su formación, es la diferencia significativa que hay entre “Enseñar las TIC “ y “Enseñar con las TIC” y esta pequeña diferencia en palabras, pero grande en su significado, denota la necesidad de formar a los profesores desde un enfoque “crítico – reflexivo”; que se explica desde la perspectiva de que, la tecnología y los recursos no son neutrales, sino que están “coloreados” con los matices del contexto histórico, político y económico del sistema educativo. Y por tanto, se fundamenta la necesidad de que, los medios y las herramientas 2.0, se consideran sobre todo, instrumentos de pensamiento y cultura; consecuentemente adquieren su significado en el análisis, la reflexión crítica y la transformación de las prácticas de la enseñanza, lo que da paso a la dialéctica, como mecanismo posible en la dinámica social, la interacción y la construcción social del conocimiento. Éste sería para mí el foco estratégico de movilización del cambio en la formación docente relacionada con el uso e integración de la tecnología.
¿Cuál es el futuro de la formación continua 2.0?
El futuro proyectado es que cada vez habrá más oportunidades de formarse en modalidades virtuales y que el desarrollo de las mismas irá cambiando permanentemente integrando cada vez más herramientas tecnológicas que favorezcan de manera intencionada la calidad de dicha formación. Siempre y cuando exista un desarrollo pedagógico que sustente su implementación. La formación continua o Formación Permanente, es un requerimiento indispensable de las Sociedades del Aprendizaje y cada día nos acercamos y convivimos más en este tipo de Sociedad.
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