La Educacion a Distancia en America Latina

De Marta Mena

Co-edición ICDE-UNESCO-La Crujía

Seleccionar, describir y promover modelos y experiencias de Educación a Distancia de última generación no es tarea fácil en ningún lugar del mundo, ya que existen al respecto grandes desarrollos discursivos pero poca concreción en la práctica, por lo menos de lo que llamamos e-Learning de calidad.

El “estado de arte” de la Educación a Distancia en Latinoamérica

Para llevar adelante la publicación “La Educación a Distancia en América Latina. Modelos, Tecnologías y Realidades”, que se realizó en forma cooperativa entre representantes de diez países de la región, se tomaron en cuenta diferentes puntos considerados relevantes a la hora de abordar esta temática.

En primer lugar bucearon en la realidad de su situación económica, social, cultural y educativa, luego se enmarcaron en el conocimiento del estado del desarrollo tecnológico en la región, y más tarde describieron las configuraciones estructurales que adquieren sus instituciones. También diferenciaron los distintos modelos existentes, reconocieron los hitos en el camino a la virtualización y acuñaron un nuevo concepto de Educación a Distancia que resulte de una multiplicidad de miradas. De esta manera, dieron cuenta del "estado del arte" de la modalidad en la región.

Esta publicación parte de una reflexión acerca de la búsqueda de modelos que reflejen las características y aspiraciones de la región y se interna luego en la realidad de la modalidad a nivel nacional desde la perspectiva de sus actores.

“Para realizar este estudio en la región, hemos constituido una red de prácticas alimentada por innumerables comunidades o subgrupos más cercanos y cohesivos que interactuaban al interior de cada país. Las relaciones existentes entre ambas redes nos mostraron cómo la diversidad existente entre cada una de ellas, daba a nuestra red una topografía variada que nos obligó, por un lado a una lectura más abierta y pluralista de las distintas situaciones y, por otro, a identificar los aspectos que conforman nuestra identidad común como región”, enmarcaron.

Este acercamiento a la realidad les llevó a enfrentar el hecho que en América Latina se debe trabajar en un contexto de múltiples pobrezas. Esto implica no sólo a la “pobreza económica” que se evidencia en estadísticas que nos muestran a diario el aumento constante de la brecha entre ricos y pobres, sino también a la pobreza de protección, determinada por inseguridad y violencia cotidiana; a la “pobreza política” caracterizada por el desprestigio de los políticos y la desmotivación a la participación social y a la pobreza de comprensión o de entendimiento que dificulta el manejo reflexivo de la información y la construcción de un conocimiento crítico sobre nuestro entorno cotidiano.

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