Por Paola A. Dellepiane
Licenciada en Tecnología educativa. Especialista en TIC aplicadas a la educación –e-Learning
Nos adentramos en el concepto de Universidades Corporativas, diferenciándola de las conocidas Universidades; y conocemos la incidencia de las herramientas 2.0 en este fenómeno.
Internet y la web social sin dudas modifican las relaciones y potencian el aprendizaje como actividad social. Este nuevo escenario ha venido evolucionando en los últimos años, influenciando en los hábitos de estudiantes y docentes.
En lo que respecta a la educación superior, la web 2.0 ha entrado ya en las universidades en forma silenciosa a través de estudiantes y profesores que comenzaron a utilizar software social, como blogs, wikis o redes sociales, en la mayoría de los casos sin un estímulo institucional. Así, en palabras de Freire, “asistimos a una ampliación de la brecha digital entre universidades y una parte de su personal y entre profesores que usan o no la web 2.0 en su trabajo cotidiano. La adopción de un modelo de aprendizaje que incluya a la web 2.0 es un proceso complejo que enfrenta a la universidad con barreras tanto tecnológicas como de gestión y sobre todo humanas, por lo que es necesaria una estrategia adecuada para su desarrollo.
La adopción de metodologías y herramientas de aplicación asociadas a la web 2.0 requieren de una alta dosis de experimentación y creatividad, pero también generan ciertos temores por los riesgos vinculados con la fiabilidad, seguridad y privacidad de la identidad y propiedad intelectual. Desde un punto de vista estratégico, estos temores que genera la web 2.0, pueden evidenciarse en dos necesidades contrapuestas: por un lado, apertura y visibilidad, por el otro, confianza y seguridad
Como posible solución, el informe Forrester propone el establecimiento de políticas y reglas de uso de la web 2.0, pero decisiones de este tipo podrían generar efectos contrarios a la filosofía de la web social como modelo abierto y de creación social de conocimiento.
Es importante entonces que las universidades comiencen a cuestionarse acerca de qué tecnologías están aplicando, cuántos de sus docentes y directivos hacen uso de ellas, cuánta información están compartiendo en la red o cuántos sistemas de e-learning ofrecen.
Existe un amplio consenso sobre la necesidad de adaptar los modelos educativos a las transformaciones que está experimentando la sociedad: la transición de un aprendizaje centrado en contenidos a otro basado en competencias y procesos, el impacto de la digitalización del conocimiento y las relaciones sociales (Freire, 2010).
¿Qué ocurre entonces fuera de la universidad?
Tanto las organizaciones como las propias necesidades de la sociedad, colocan como esenciales a la web 2.0 (como herramienta instrumental) y a los métodos activos y colaborativos de aprendizaje para el desarrollo de capacidades de innovación, creatividad y emprendimiento. Así, las empresas exitosas están iniciando una nueva fase sustentada en una plataforma abierta con el propósito de beneficiar la colaboración e incrementar la innovación y creatividad.
En este contexto, se pueden identificar una competencia cada vez mayor de ofertas de formación alternativas como universidades corporativas, en las que grandes grupos empresarios proporcionan formación “a medida” a su personal y futuros empleados; universidades P2P, como por ejemplo, la Peer to Peer University (http://p2pu.org) con una organización formal mínima y todos los materiales que utiliza disponibles en la Red de forma gratuita; y proyectos educativos de importantes corporaciones de Internet, como por ejemplo, iTunes University o los canales educativos de YouTube.
Las universidades corporativas son organizaciones relativamente nuevas en el ámbito de la educación. Sus principales referentes pueden encontrarse en Estados Unidos, Reino Unido, España y Asia. Responden a la necesidad de las empresas por ofrecer programas de educación no formal a sus colaboradores y en un contexto de educación continua. En esta línea, la educación informal juega un papel esencial, ya que una parte importante de los conocimientos y capacidades adquiridas trascienden el salón de clases.
¿En qué se diferencian el modelo de la universidad de hoy con el que se aplica en escuelas y universidades corporativas?
Básicamente, en:
- El aprender haciendo, basado en la propia práctica.
- La consideración de un aprendizaje significativo y basado en la experiencia, aplicado a la resolución de problemas próximos y reales.
Contar con una universidad corporativa no debe contemplarse como un fin de la organización, sino como un medio para contribuir a llevar adelante los objetos propuestos.
¿Y cuáles son dichos objetivos?
Desarrollar y retener a sus empleados con talento, cada vez más dispersos geográficamente.
Gracias al despertar tecnológico de los últimos 20 años, pocos conciben su trabajo sin la presencia de las tecnologías al momento de generar conocimiento profesional: redes sociales, correo electrónico, foros, web 2.0, y una batería de recursos y herramientas se encuentran disponibles para diseñar piezas formativas más personalizadas. Luego, el aprendizaje organizacional tiene mucho que ver con lo que pasa fuera de los programas de aprendizaje formal, ya que pasa a formar parte esencial del negocio de la empresa. "Contar con una universidad corporativa no debe contemplarse como un fin de la organización, sino como un medio para contribuir a llevar adelante los objetos propuestos."
Puede decirse que las universidades corporativas son, en esencia, comunidades de aprendizaje, en donde los alumnos se convierten en participantes activos y donde el aprendizaje formal de las aulas deja lugar al autoaprendizaje y al trabajo colaborativo. En este modelo, si bien aún sólo participan actores internos propios de cada organización, el conocimiento se produce en plataformas que exceden los límites institucionales.
¿Cómo podemos definir una universidad corporativa del siglo XXI?
Una universidad virtual, que transfiera conocimiento, innovación en metodologías haciendo uso del software social, web 2.0, video streaming, networking, que posibilite establecer alianzas con universidades y escuelas de negocio en forma efectiva.
No serán ya las habituales plataformas de e-learning cargadas de contenidos, sino experiencias educativas cada vez más parecidas a comunidades y redes de aprendizaje las que sustentarán estas instituciones de formación, pero siempre recordando que la tecnología no es una estrategia, sino sólo una herramienta, y lo fundamental es cómo la utilizamos para el aprendizaje. Esto constituye el importante diferencial.
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