Las instituciones formativas están acercándose a las empresas a través de diferentes servicios y soluciones. En este artículo se explica qué elementos integran una institución formativa de 3ª Generación y la importancia de que éstas continúen su desarrollo.
A lo largo de los últimos años las instituciones formativas han impulsado un conjunto de servicios y soluciones de cara a fortalecer una relación directa con las empresas e instituciones.
Así, y desde la función clásica de apoyo externo a la gestión, planificación e impartición de programas formativos, se evolucionó hacia la asunción, de manera externalizada, de la coordinación, logística y administrativa, de programas formativos.
Esto ha permitido que el área de rrhh se centre en los aspectos clave y estratégicos del departamento.
Este conjunto de funciones ha integrado un outsourcing formativo, que ha configurado una primera generación de instituciones formativas.
De manera integrada en estas actividades, y con el crecimiento del e-Learning, se establece un nuevo marco de colaboración, con la implantación de entornos virtuales y el desarrollo de contenidos multimedia.
Este outsourcing tecnológico y de contenidos ha permitido una colaboración más estrecha con empresas y ha caracterizado una segunda generación de instituciones formativas.
En la actualidad nos encontramos ante una serie de retos que deben impulsar un nuevo avance en esta relación. Algunos motores de este cambio son:
· La consolidación de plataformas de código abierto (con Moodle como gran referente).
· La toma de conciencia de que los materiales formativos son importantes en la formación online, pero no su eje fundamental.
· El auge de los entornos de aprendizaje personal (PLE - Personal Learning Environment).
· La evolución hacia modelos online más colaborativos y tutorizados.
· La utilización cada vez más de formadores y tutores internos.
· Se habla más de desarrollo que de formación.
· La web 2.0, que potencia más participación y permite pensar en otras maneras de aprender y enseñar (redes sociales, blogs corporativos, etc).
Ante esta realidad, en la que además hay mucha formación y un discreto impacto, deben impulsarse nuevos servicios y soluciones que aporten verdadero valor añadido, de manera alineada a los objetivos estratégicos de las compañías, y promueva la consecución de resultados de negocio. Son las que podemos denominar instituciones formativas de tercera generación:
Estas instituciones, más allá de integrar todos los elementos de las anteriores generaciones, asumen dos factores clave:
"(...) las instituciones formativas están asumiendo progresivamente un conjunto de servicios de mayor innovación así como con mejor alineación con objetivos estratégicos de la organización".
· Vinculación de la formación y el desarrollo a los gaps competenciales.
· Pensar más en transferencia que en impartición de cursos.
· Impulsar metodologías mucho más individualizadas, como el coaching.
· Dedicar menos esfuerzo en la formación a dar respuesta a los "qués" (por ejemplo qué es ser asertivo) y mucho más a los "cómos" (cómo serlo).
Por ello, los modelos deben orientarse hacia:
· Diseño de itinerarios reconocidos académicamente.
· Creación de un sistema de evaluación y seguimiento del desarrollo.
· La acreditación no sólo de conocimientos, sino también de competencias.
· El reconocimiento de las competencias ya desarrolladas previamente.
· Validación de la formación realizada por formadores internos.
· Alinear formación y desarrollo con la estrategia de la compañía.
Un paso más allá está en asumir y experimentar nuevas soluciones más eficientes.
Desde esta perspectiva las instituciones formativas debemos impulsar verdaderos Laboratorios académicos-metodológicos-tecnológicos en los que impulsar nuevas maneras de aprender y enseñar a partir de las lógicas 2.0, de los dispositivos móviles, de la TDTi, de los videojuegos y videoconsolas, etc.
Este nuevo reto, por tanto, supone el convertirnos en el área de I+D+I del departamento de formación y desarrollo de empresas y organizaciones, siendo los socios estratégicos de sus Universidades o Escuelas Corporativas, o los colaboradores de sus Fundaciones u Obras Sociales en proyectos concretos relacionados con desarrollo de personas.
Por tanto, y a nivel cronológico, las instituciones formativas están asumiendo progresivamente un conjunto de servicios de mayor innovación así como con mejor alineación con objetivos estratégicos de la organización.
Asimismo, podemos correlacionar cada generación con un avance en el modelo de outsourcing y de relación entre instituciones formativas y empresas, integrando en cada generación las funciones y actividades de la anterior.
En la última y tercera generación el camino es el de la innovación y la creatividad aplicada a los procesos de aprendizaje, la experimentación con nuevos formatos y nuevos canales, la vinculación con competencias y desarrollo, la utilización de herramientas colaborativas, el aprovechamiento del aprendizaje en entornos inmersivos, el desarrollo de estructuras lúdicas y simulaciones, etc.
En definitiva, debemos seguir impulsando el desarrollo de las instituciones formativas y su progresión hacia niveles mucho más innovadores y estratégicos, algo que reforzará nuestro rol de motor en la sociedad del conocimiento, y propiciará un mayor impacto de nuestra actividad en la sociedad.
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