En esta nueva columna, Marcello Rinaldi nos introduce en la evolución de los sistemas de aprendizaje en la era de la movilidad
Dispositivos móviles para la formación, un concepto del que empezamos a hablar y que en poco tiempo marcará tendencia, como lo hicieron en su día la web 2.0 o el aprendizaje informal. En ese momento ya no habrá vuelta atrás y todos tendremos que añadir algo móvil en nuestros proyectos de formación; de lo contrario, podríamos sufrir una valoración incorrecta. Así funcionan las modas, sobre todo las relativas a tecnología innovadora, basadas en los ciclos del hype, es decir, tendencias que crecen de forma rápida y se extienden a la velocidad de la luz (http://en.wikipedia.org/wiki/Hype_cycle).
Con este número nace una nueva columna periódica que tengo el placer de escribir, dedicada a la evolución de los sistemas de aprendizajes digitales en la era de la movilidad, m-learning. Justo antes de que la moda se imponga a la objetividad, es recomendable que comencemos a entender bien este fenómeno y a desgranar cómo cambiará para siempre la formación. Aprovecharemos para analizar si de verdad estamos hablando de algo concreto que nos reportará beneficios o no."La formación en movilidad nos empuja a enfrentarnos a temas pedagógicos y muy pragmáticos."
Empecemos por los números: en 2009, los teléfonos inteligentes constituyeron un 30% de los dispositivos vendidos en los mercados maduros, y esto aumentará a un 60-80% en 2013. Es más, el mercado de la tecnología móvil tiene más de cuatro mil millones de suscriptores en todo el mundo, según el Informe Horizon 2010. Cuando nos preguntamos qué importancia tendrá la tecnología en las instituciones académicas en los próximos dos ó tres años, los teléfonos inteligentes ocupan la segunda posición, por debajo de los notebooks (estudio EDUCAUSE 2009). Considero que los datos son suficientes para convencernos de que estamos frente a uno de esos fenómenos que, nos guste o no, afectará a nuestro sector.
Ahora bien, ¿qué significa extender nuestros proyectos de formación a un nuevo entorno y nuevas situaciones?Lo más importante aquí es darnos cuenta que no solo estamos analizando la introducción de una nueva herramienta de formación, sino que sobre todo estamos ampliando la oferta de formación a situaciones de consumo que antes no podíamos alcanzar. Esto es bueno y malo: es bueno porque nos permite llegar a nuestros alumnos en diferentes momentos de sus vidas. Es malo, si concebimos esta ampliación como una réplica pura y dura de lo que hoy diseñamos para ordenadores. Es decir, este cambio nos generará bastante trabajo adicional, por lo menos al principio. La formación en movilidad nos empuja a enfrentarnos a temas pedagógicos y muy pragmáticos (como el tamaño de la pantalla), lo que nos obliga a replantearnos por completo el desarrollo de nuestros proyectos.
Fue hace cinco años cuando, invitado al Microsoft Research Center de Bruselas, probé por primera vez un sistema de Realidad Aumentada. ¡Fantástico! Delante de mis ojos una pequeña pantalla transparente me permitió moverme en el espacio mientras veía la realidad física y sobre ella un conjunto de información adicional. ¿No es eso aprendizaje móvil? Sin duda, si el enfoque de esos contenidos está diseñado para establecer en mi cerebro nuevas conexiones entre conceptos y me proporciona una respuesta concreta a un determinado problema. Aprendizaje en movilidad no es sólo y exclusivamente usar un smart phone; esta es la fase inicial. El siguiente paso en la evolución lo veremos en tres años, según prevé el Informe Horizon 2010, el u-learning o aprendizaje ubicuo. Los smart phones dejarán de ser los más apreciados para dar paso a una nueva generación de dispositivos enfocados a las realidades aumentadas.Ya hoy en día gracias a aplicaciones como Layar, que se presenta como el Internet Explorer de la RA, podemos con nuestro dispositivo apuntar hacia un cuadro o una plaza y recibir datos adicionales, fotos y vídeos como información sobrepuesta a la imagen real. Claro está, es un poco incómodo tener que apuntar un móvil hacia un objeto: mejor sería ver directamente con nuestros ojos la realidad que nos rodea, "aumentada" con información adicional. Para esto falta, pero no tanto, ya que un grupo de investigadores de la Universidad de Washington liderado por el Prof. Babak Amir Parviz está prototipando lentillas con una sutil pantalla que permiten aumentar la realidad que nos rodea.
A partir del próximo número, iremos analizando casos de éxito de aprendizaje móvil, de m-learning y u-learning y sus aplicaciones prácticas en nuestros sistemas de formación.
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