Variados son los temas que surgieron durante la entrevista que LEARNING REVIEW le realizó al Director General del IUP, Carlos Arroyo. Desde el efecto que está teniendo la crisis en el mundo de la formación, la calidad en e-Learning, la incidencia de las redes sociales y el móvil, hasta los planes para este año del IUP.
Podcast de esta entrevista
Learning Review: ¿Cómo considera que esta situación de crisis económica mundial impactará en la formación de posgrado en general?
Carlos Arroyo: La formación de posgrado se verá reforzada, aunque vale aclarar que hay dos corrientes contradictorias en este momento. Por un lado, está la necesidad de la formación para que los empleados estén más capacitados y sean más útiles a las empresas; es una revaloración de la formación en este momento de agitación. Por otro lado, existen las dificultades económicas que sufren las empresas.Según los indicios que tenemos, esta contradicción se está resolviendo a favor de la necesidad de la formación. La necesidad se ha hecho más aguda, si bien también es cierto que el tema financiero lo está dificultando todo.
LR: ¿Cuál es su percepción respecto a Latinoamérica?
CA: En los países económicamente más desarrollados, como los de la Unión Europea o Estados Unidos, la crisis económica ha llegado con más fuerza. A los países de Latinoamérica les está afectando con un poquito más de retraso o menos turbulencia. Luego encontramos un tercer factor en países como la Argentina, donde la gente y empresas están psicológicamente más acostumbradas a aguantar estas situaciones sin desesperarse.LR: En su opinión, ¿está ya consolidado como opción el tomar posgrados y formación continua online o todavía falta dar algunos pasos?
CA: En mi opinión la resistencia que hace unos años tenían todas las personas y empresas a la formación online era lógica.
Pero, cuando detrás del e-Learning o de un proyecto de formación superior hay empresas solventes, como es el caso del IUP -cuya titulación proviene de la Universidad Carlos III de Madrid, la de Alicante y la Politécnica de Barcelona-, que ya han demostrado con su historia que saben hacer las cosas, que son universidades y empresas serias muy preocupadas por la calidad y por el servicio a sus clientes, esto denota que hay un cambio.
Lo que nosotros percibimos ahora es que las personas y empresas que se acercan a nosotros para que les brindemos formación ya no tienen esa reticencia digital. En algunos casos no acaban de conocer exactamente cómo funciona un campus virtual o en qué consiste la modalidad e-Learning, pero ya no vienen con prejuicios ni con grandes temores. El miedo antiguo se ha convertido en curiosidad, o ganas de precisar en qué consiste esto... quieren saber cómo funciona, cómo son los procesos de evaluación, de tareas, de seguimiento.
Evidentemente ya estamos en otra fase evolutiva.
LR: ¿Cómo observan que las personas se están adaptando a este mundo de las comunidades virtuales? ¿De qué forma está el IUP integrando estas herramientas?
CA: La pregunta creo que remite a dos puntos: la participación social y las redes de contacto no estrictamente en el contenido académico, sino más allá. Creo que los alcances son de una tercera fase. Ahora mismo estamos transitando una segunda fase. Después de una primera fase donde se definió qué era el e-Learning y se empezaron a brindar programas que muchas veces eran fotocopias pasadas a la pantalla, llegó la segunda en la que ya se iban concibiendo los contenidos para ser impartidos en Internet, y la actuación del profesor para ser un experto en formación no genérica sino a través de una formación virtual. Se han ido introduciendo, como en nuestro caso, foros y chats académicos, el club de IUP donde convergen antiguos y actuales alumnos junto a profesores. Estas son redes, pero aún nos falta dar un salto, el Facebook de la formación digital, que todavía no está.
Además, el momento de "facebookear" todo en la formación online ha llegado en un momento crítico, junto con las crisis de inversiones y financieras.
“Lo que nosotros percibimos ahora es que las personas y empresas que se acercan a nosotros para que les brindemos formación ya no tienen esa reticencia digital.”
Por otro lado, también se está incorporando el móvil a la formación académica. Si bien hay un montón de opciones que son perfectamente asimilables en el mundo del móvil, es un poco más dudoso que la ergonomía del móvil permita el aprendizaje como lo entendemos en sentido complejo y profundo. No es tan complicada la pura información, pero sí las redes cognitivas.
El I+D del móvil y del Facebook para la educación virtual tendrán que esperar un poco para que se dé su amplio desarrollo.
LR: ¿Cuáles son los proyectos más importantes para 2009/2010?
CA: Vamos a poner en marcha un Máster de RRHH, por un lado, y a aprovechar justamente esta pausa de la crisis mundial para repensarnos, redefinirnos, hidratarnos la cara y hacernos un "lifting".
Se trata de perfeccionar el sistema de indicadores de calidad, de los alumnos hacia nuestros contenidos y profesores, de mejorar la atención docente a los alumnos en el sentido de apoyar para que los alumnos sean, de una manera más significativa que la actual, el centro de la enseñanza. El objetivo es que nuestros alumnos tengan incluso mejores resultados que ahora, dado que el marketing viral es el fundamental.
LR: ¿Tienen algún objetivo en particular respecto a Latinoamérica?
CA: En Latinoamérica estamos llegando a acuerdos en Monterrey-México, en Centroamérica, en Argentina para emprender proyectos académicos compartidos, donde el IUP aportaría una parte, las universidades en cuestión otra, y la titulación sería compartida o avalada. Inicialmente, para despegar en ese avión, se proyecta formar coma profesores a algunos directivos de esas universidades, para que conozcan bien al IUP y nuestra modalidad.
LR: Respecto al muchas veces polémico tema de la calidad en educación a distancia -sobre todo porque no hay normas muy claras como las ISO-, ¿de qué formas el IUP asegura esta calidad?
CA: De tres maneras, una que es el sentido común interno, de decirnos "¿qué opinas de los contenidos?", hacer una constante autoevaluación interna, la cual es importante y trascendente, si luego te crees lo que has dicho y haces algo para mejorarlo.
En Europa hay un proceso de remodelación difusa, que no es totalmente una homologación tipo ISO, denominado Proceso Bolonia, surgido a partir de una reunión en que participaron muchas universidades de diversos países, y con el horizonte del año 2010. Este proceso busca facilitar el intercambio de titulados, realizando una reorganización de la educación superior de todos los países convergentes. La idea que aflora detrás de todo esto es que un estudiante español pueda estudiar en Madrid, y luego se vaya a París y luego a Berlín sin tener que repetir ninguna currícula en las tres ciudades, siendo un sistema universitario válido co-avalado.
Eso requiere sistemas de homologación con agencias de validación para las universidades y para las escuelas de negocios. Uno de los objetivos del "lifting" que vamos a hacer es repensar qué parte de nuestro sistema necesita ser modificado para acomodarnos a eso, de tal forma que seamos respaldados por agencias de evaluación de escuelas de negocios y formación superior. Eso es importante porque es la acreditación exterior que en definitiva brinda una tranquilidad semiautomática al estudiante.
Es importante comercialmente tener el aval, pero no es lo único. En mi opinión lo más importante es el control de calidad interno. Es decir, un control de calidad que sea sincero. Muchas veces la ISO te pone un sobresaliente, pero esa nota también debes tenerla de verdad.
Las dos cosas son importantes.
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